Las castañuelas irrumpen a la escena como un elemento unificador al asociarlas al teatro, la música y el baile. Además, dibujan la columna vertebral de un montaje riguroso y mágico. Es un concierto íntimo, en el cual los tres personajes, una soprano un pianista y un solista de castañuelas sueño lanzados a la arena de los conflictos, al contexto escénico tolerante y liberal. Todo ello surge de los diferentes sueños, ritmos y melodías. Tres partituras diferentes que viven en el encuentro, en una constante persecución en la cual cada cual es descubre a si mismo. Entrar en un espacio sonoro como aquel quien entra a un laberinto, capaces de generar teatro sin recorrer a sus códigos convencionales. Se trata de una actitud ante el hecho musical. Es el juego de la imaginación. Qué autores podemos encontrar De Soler a Rodrigo, de Yradier a Montsalvatge. Canción tradicional catalana, de Toldrà y Morera. Granados, Lorca, Falla, Sorozábal, Torroba, Serrano, Guerrero, también algunas piezas de autores cubanos como Lecuona entre otros. Un viaje musical, cruzando ríos y mares a través de puentes sonoros, plenos de armonías nuevas y luminosas.
Público al que va dirigido
Dado que el repertorio incluye canción española, zarzuela, canción lírica cubana y el género de canción catalana, resulta adecuada por un público muy versátil. El concierto adquiere a la vegada cierto carácter didáctico dado que Carlos Murías utiliza varios tipos de castañuelas en función del estilo y la época de la música interpretada. Además, entre obra y obra explica al público, en breves pinceladas, las características de cada instrumento y lo porque se utiliza en cada momento determinado. Así se consigue mucha más proximidad con el público.